Imaginen un mundo donde los días son cada vez más calurosos, el agua escasea y asistimos siempre más a fenómenos atmosféricos extremos. Esto es lo que está sucediendo debido al cambio climático, un proceso a largo plazo en el que la temperatura y los patrones climáticos típicos de un lugar cambian. Estos cambios pueden deberse a factores naturales, como las erupciones volcánicas, y a factores humanos. 

Por ejemplo, el fenómeno de “El Niño”, que junto al cambio climático fue el responsable del aumento de temperatura global y las olas de calor durante los últimos meses, implica un incremento en la temperatura del océano Pacífico.

Tanto el fenómeno de “El Niño”, como su contraparte, “La Niña”, son eventos naturales que suceden cada cierto tiempo, por lo que no existe una forma de prevenirlos o erradicarlos.

Mientras que, a partir del 1800, la actividad humana ha sido la responsable principal del aumento excesivo de la temperatura del planeta, debido a la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas).

Para explicar el cambio climático a los niños, podemos compararlo con un “abrigo gigante” que cubre la Tierra. Este abrigo está hecho de gases, como el dióxido de carbono, que se liberan cuando quemamos combustibles fósiles como el petróleo y el gas natural. Estos gases atrapan el calor del sol, haciendo que el planeta se caliente como si estuviera usando un abrigo demasiado grueso.

Consecuencias en México

En México, el cambio climático ya está teniendo un impacto significativo, las temperaturas están aumentando, las sequías son más frecuentes y las inundaciones se intensifican. Estos eventos climáticos extremos están afectando a las comunidades, los ecosistemas y la economía del país.

• A octubre del 2021, ya se habían perdido 617,142 hectáreas de bosque. En lo que va del presente año, se han reportado un total de 1,699 incendios forestales.
• Inundaciones destructivas, como las de Tabasco del 2021, que ocasionó una pérdida económica de 13,500 millones de pesos.
• Periodos prolongados de sequía que dejan la tierra infértil para cultivar, lo que también representa una pérdida económica importante.

¿Qué podemos hacer en casa?

• Ahorrar agua: Cerrar la llave mientras nos cepillamos los dientes o nos enjabonamos, ducharnos en lugar de bañarnos, utilizar electrodomésticos eficientes en el uso del agua y del consumo de corriente eléctrica.
• Ahorrar energía: Apagar las luces y los aparatos electrónicos cuando no los estemos usando, utilizar focos LED y desconectar los cargadores cuando los dispositivos estén completamente cargados.
• Reducir el uso de plástico: Llevar nuestras propias bolsas reutilizables al supermercado, evitar comprar productos con envases excesivos de plástico y reciclar cuando sea posible.
• Plantar árboles: Los árboles absorben dióxido de carbono de la atmósfera, por lo que plantar árboles en nuestro jardín o comunidad es una excelente manera de combatir el cambio climático.

El cambio climático es un desafío que nos concierne a todos, pero juntos podemos tomar medidas para proteger nuestro planeta. Enseñando a nuestros hijos sobre el cambio climático y tomando acciones responsables en casa, podemos contribuir a construir un futuro más sostenible para las próximas generaciones.